Los emoticonos, esos símbolos gráficos compuestos por una secuencia de caracteres del teclado los utilizamos para acentuar nuestras emociones. Actualmente, ninguno de nosotros entiende un mensaje de WhatsApp, Twitter, Facebook o correo electrónico sin incluir un emoticono. Pero, ¿desde cuándo están los emoticonos con nosotros? ¿Quién fue el pionero en utilizar estos símbolos? ¿Por qué?
¿Quién inventó los emoticonos?
Se atribuye la invención de los emoticonos a Scott Fahlman, científico informático de la Universidad Carnegie Mellon en EEUU. Era el año 1982 cuando se le ocurrió utilizar una combinación de caracteres en el teclado del ordenador para crear uno de estos símbolos y representar una cara sonriente.
Según Fahlman explica en su página web, la idea surgió como respuesta a los problemas de interpretación de los mensajes que se intercambiaban en los tableros o paneles electrónicos que usaban los profesores y estudiantes para discutir ciertos temas online. «Nos planteamos que sería una buena idea explicitar qué mensajes no debían tomarse en serio; después de todo, cuando usamos comunicación online basada en textos no contamos con los datos adicionales que aportan el lenguaje corporal o el tono de voz, que en una conversación informan de la intención o el tono del mensaje», explica. «Entonces se me ocurrió que la secuencia de caracteres :-) podía ser una solución elegante que, además, todos los ordenadores de entonces, basados en el código ASCII, podrían soportar», aclara. Tres décadas después, los emoticonos se han popularizado y extendido notoriamente.
Los emoticonos se colocan después del último signo de puntuación de una frase, y normalmente se lee de lado y en sentido contrario a las agujas del reloj. Entre los más conocidos destacan la sonrisa :-), el guiño ;-), el que expresa asombro :-o, el sarcasmo :-[ o la tristeza :-( También se usan, por ejemplo, para mandar besos :-*.
No se debe confundir el emoticono con el smiley. Este es muy anterior a los emoticonos, ya que nació en 1963 también en EEUU debido a los despidos generados tras la fusión de dos compañías de seguros. La dirección de la nueva empresa decidió entonces hacer una campaña interna de marketing creando la campaña de amistad. Ésta conllevaba un nuevo manual del empleado y reglas entre las que se incluía la orden de sonreír en horas de trabajo, cuando se hablaba por teléfono, se recibían clientes, etc. En Estados Unidos no entienden una campaña de marketing sin diseño –un aspecto en el que nos llevan mucha ventaja y del que en España tenemos mucho que aprender–, por lo tanto la empresa contrató al diseñador gráfico, Harvey Ball, quien según cuenta le llevó unos diez minutos la creación del smiley. Por este trabajo cobró 45 dólares.
El smiley es una representación esquemática de una cara sonriente (tal y como indica su denominación, del inglés to smile, ‘sonreír’). La mayoría de las veces el smiley es de color amarillo, dos puntos negros simulan los ojos y medio círculo muestra una expresión de completa y plena felicidad. A veces se usa el smiley como sinónimo de emoticono, si bien no lo es (no todos los emoticonos son smileys).
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